Escrito por: Mario Posanzini
11/01/2023
Nuestra vida está impregnada de emociones, sin embargo, no es un tema sobre el cual nos hablen o nos enseñen demasiado, a pesar de ser un tema muy importante porque las emociones están presentes todo el tiempo en nuestra vida, así que hoy nos enfocaremos en saber:
¿De qué manera nace una emoción?
¿Qué son las emociones?
¿Cómo impactan en nuestra vida? y
¿De qué manera podemos gestionarlas?
¿De qué manera nace una emoción?
Es importante saber que las emociones no nacen solas, siempre hay algo que detona una emoción, por lo tanto es fundamental aprender a reconocer ¿Cuál es ese evento que está disparando una emoción? Porque a partir de eso podemos trabajar en el evento para generar una emoción o por el contrario para no generarla si es una emoción que no es de nuestro agrado.
Este evento la gran mayoría de las veces tiene que ver con algo que pasa por nuestra mente, es decir, un pensamiento está disparando emociones, a veces argumentamos que es algo que simplemente pensamos, que no pasa nada porque ni siquiera llegamos a decirlo, pero lo cierto es que sí pasa, porque un pensamiento automáticamente dispara una emoción. Tomemos el ejemplo de los juicios, cuando nos decimos que algo está bien o algo está mal, que algo es lindo o es feo, justo o injusto, la naturaleza del juicio estará determinando la naturaleza de la emoción que está disparando en nosotros.
Para entender mejor este proceso conviene saber que los seres humanos indefectiblemente de cada situación que nos toca vivir hacemos una interpretación, es decir, percibimos eso que pasa de una manera particular, esta percepción y la consecuente interpretación que estamos haciendo genera en nuestra biología lo que llamamos un dibujo neuronal que dispara una emoción, es decir, que eso que estamos interpretando de lo que acontece dispara en nosotros una emoción en particular.
¿Qué es una emoción?
Podemos abordar esta definición desde tres lugares:
1. Desde la acción: en coaching decimos que el lenguaje es acción, es decir que el lenguaje hace que las cosas sucedan, un ejemplo de ello es: cuando una persona, una empresa, una comunidad, un país cambia su rumbo porque alguien dijo lo que dijo, el lenguaje es acción, hace que las cosas sucedan y las emociones nos predisponen para esa acción, según la emoción y el estado de ánimo en el que nos encontremos ciertas acciones van a estar a nuestro alcance y otras no.
Es interesante saber que la raíz etimológica de la palabra emoción es emoveré, es decir nos mueve a... son las emociones las que nos mueven a la acción, nos mueven a hacer las cosas, no la razón. Muchas veces pensamos que es la razón la que nos mueve a hacer las cosas, pero realmente no es así, cuántas veces nos pasa que queremos comenzar a realizar actividad física, queremos alimentarnos mejor y sin embargo lo vamos postergando, nos cuesta dar el primer paso y desde la razón sabemos perfectamente que hacer eso nos vendría muy bien para nuestra salud y nuestra autoestima, desde la razón lo tenemos perfectamente claro, sin embargo nos está faltando la emoción que nos mueva a dar ese paso.
2. Desde el enfoque energético: sostenemos que las emociones son energía, por eso decimos que nos mueven, porque son un impulso energético que nos mueve para hacer las cosas.
3. Desde la biología: las emociones generan sustancias químicas, dependiendo de la naturaleza de la emoción va a depender la naturaleza de la sustancia química que segrega nuestro organismo. Estas sustancias químicas alimentan a cada una de nuestras células produciendo un cambio en ellas, ese cambio puede ser funcional o disfuncional dependiendo de la calidad de esa sustancia. Podemos alimentar nuestro organismo con sustancias realmente muy buenas para nuestro sistema inmunológico, como la dopamina, la serotonina, a partir de emociones que son agradables, como la alegría, la felicidad y la gratitud; pero existen también otras sustancias químicas que son altamente corrosivas para nuestro organismo como el cortisol, por ejemplo, a partir de la frustración o el enojo. Lo importante es hacer consciencia de esto y entender que no solo nos alimentamos desde lo que comemos, alimentamos también nuestro organismo a partir de nuestras emociones.
¿Cómo impactan las emociones en nuestra vida?
Imaginemos una persona que pasa todo el día mirando noticias, con la calidad de información que puede consumir a partir de ahí, ¿Qué tipo de emociones consideras que puedes estar generando en ese espacio?, tengamos presente que no solo somos lo que comemos, también es importante identificar cómo nos alimentamos desde el ámbito emocional y cómo a partir de esto se está alimentando cada célula de nuestro organismo. Hoy está comprobado científicamente que a cada síntoma/enfermedad le antecede una emoción que no hemos sabido gestionar adecuadamente.
¿De qué manera podemos gestionarlas?
Para una adecuada gestión emocional es muy útil tener en cuenta que las emociones no nacen de la nada, que siempre hay un evento desencadenante que, por lo general, es algo que pasa por nuestra mente, por lo tanto resulta muy valioso prestar atención a nuestra conversación interna, a eso que nos estamos diciendo todo el tiempo, porque la calidad de nuestras emociones depende en gran medida de la calidad de esta conversación interna. Conviene preguntarnos: ¿Dónde ponemos el foco de nuestra atención? porque eso nos hace pensar, razonar de una manera determinada, estos pensamientos y razonamientos están disparando emociones de forma permanente en nosotros.
Generalmente suponemos que el mundo es como lo observamos, pero solo podemos observar nuestro propio mundo, nuestra propia vida y las cosas que nos suceden a diario.
Solemos suponer que esas cosas que nos suceden son tal cual las observamos, si nos parece bien o mal, lindo o feo, no pertenece al mundo, no pertenece a las cosas, sino al observador que estamos siendo.
Es por eso que ante un mismo hecho, una misma circunstancia, dos personas pueden realizar interpretaciones completamente opuestas, porque ese calificativo, no pertenece ni al mundo, ni a las cosas.
Es la razón por la cual "No todos vemos lo mismo" "No todos opinamos lo mismo", porque va a depender de dónde estamos colocando el foco de nuestra atención.
Por eso insistimos en proponer que prestemos atención a dónde estamos poniendo el foco de nuestra atención y cuál es la calidad de nuestra conversación interna, porque todo esto está constantemente disparando emociones en nosotros.
Albert Einstein decía:
"Hay dos formas de vivir la vida: una es creyendo que los milagros no existen y la otra es creyendo que todo es un milagro"
Cada uno elige dónde quiere poner el foco de atención.
Desde IICP queremos apoyarte y acompañarte a tomar consciencia de tus elecciones
Espero haberte inspirado con este artículo, que te animes a ver el siguiente video y me sigas en mi canal de YouTube.
El contenido de este artículo está inspirado en el libro Manual para tu segunda vida, el primero de una trilogía escrita por Mario Posanzini, Director académico de IICP.